“¿Autismo?.. Pero mi hijo está sano, brinca, corre, le encanta jugar, ríe mucho, es independiente, alegre y muy inteligente! ¡Una noticia que no podía creer!”. Es éste el caso de Elda Reyes Castañón, la autora del presente relato de vida, en la etapa más difícil: del proceso al diagnóstico. “Del proceso al diagnóstico, cada persona lo enfrenta de diferente manera, es claro que el autismo, no es una desgracia en sí mismo: la verdadera desgracia reside en la ignorancia y la apatía. Nuestros niños son guerreros innatos y nosotros aprenderemos de nuestros hijos a luchar, como padres somos las voces de ellos, ¡que se escuchen! Y nunca olvidar que ellos tienen autismo y no el autismo los tiene a ellos”.